La trágica historia del Essex, que inspiró la novela «Moby-Dick».

El Ballenero Essex

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El Essex fue un barco ballenero del siglo XIX de Nantucket, Massachusetts, EE.UU. Tenía 27 metros de eslora y 238 toneladas de peso, y estaba capitaneado por George Pollard Jr., de 28 años de edad. Es conocido por ser atacado y hundido por un cachalote en el Océano Pacífico en 1820. El incidente fue una inspiración para la novela clásica de 1851, Moby-Dick, de Herman Melville.

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Ataque del cachalote y supervivientes

El Essex abandonó Nantucket en 1819, para un viaje de dos años y medio hacia las zonas de cacería de ballenas en el Pacífico Sur. El 20 de noviembre de 1820 el Essex se encontró un cachalote mucho más grande de lo normal, el cual embistió el barco en dos ocasiones y lo hundió, mientras los hombres estaban persiguiendo y arponeando a otros miembros de la manada. El barco naufragó a 2.000 millas náuticas (3.700 kilómetros) al oeste de la costa occidental de Sudamérica.

4 Tras el naufragio los veintiún marinos se marcharon en tres pequeños botes balleneros (en este caso, usados como botes salvavidas) con suministros totalmente inadecuados de comida y agua fresca, y llegaron a la inhabitada Isla Henderson, perteneciente a las Islas Pitcairn, actualmente territorio de la Gran Bretaña.

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En la isla Henderson, los hombres se hartaron de aves, pescado y vegetales. Además, encontraron una pequeña fuente de agua dulce. Sin embargo, después de una semana, habían agotado los recursos naturales de la isla, y concluyeron que ésta no podría sostenerlos por mucho más tiempo. La mayoría de los tripulantes del Essex volvieron a sus botes. Tres hombres optaron por quedarse en la isla. El exceso de sodio en la dieta de los marinos y la desnutrición les produjo diarrea, síncopes, debilitamiento, forúnculos, edemas y deficiencia de magnesio, la cual causa comportamiento extraño y violento. Como las condiciones empeoraban los marinos recurrieron a tomarse su propia orina, así como al robo y a la mala administración de la comida. Todos eran fumadores y sufrieron abstinencia grave cuando el suministro de tabaco se les agotó.

 

Canibalismo

Uno por uno los hombres del Essex murieron. Los primeros fueron amortajados en sus ropas y enterrados en el mar, como era la costumbre. Sin embargo, con la comida agotada los hombres recurrieron al canibalismo con el fin de sobrevivir, consumiendo los cuerpos de sus camaradas muertos. Hacia el final de la terrible experiencia, la situación en el bote del Capitán Pollard se hizo extremadamente crítica. Los hombres debieron hacer un sorteo para determinar quién debía morir para la supervivencia de los demás integrantes de la tripulación. Un joven llamado Owen Coffin, primo menor del capitán Pollard, que él había jurado proteger, perdió el sorteo. Un nuevo sorteo debió hacerse para determinar quién sería el ejecutor de Coffin. Su joven amigo Charles Ramsdell fue el elegido. Ramsdell le disparó a Coffin, y sus restos fueron consumidos por Pollard, Barzillai Ray y Charles Ramsdell. Algún tiempo después Ray también murió. Los supervivientes a este viaje, Pollard y Ramsdell, subsistieron royendo los huesos de Coffin y Ray.

 

Rescate

95 días después del hundimiento del Essex, Pollard y Ramsdell fueron rescatados por el ballenero Dauphin (también procedente de Nantucket). Ambos hombres para ese momento estaban tan disociados que ni siquiera notaron el Dauphin junto a ellos. Benjamin Lawrence, Owen Chase, y Thomas Nickerson sobrevivieron a través de medidas desesperadas similares, y fueron rescatados por el barco mercante Británico Indian, 93 días después del naufragio del Essex. Pollard, Chase, Ramsdell, Lawrence, y Nickerson se reunieron en el puerto de Valparaíso Chile, donde informaron a los oficiales de los tres hombres varados en la isla Henderson. Se le encomendó el rescate a un barco destinado al transporte por el Pacífico. Los tres fueron rescatados cuando ya estaban al borde de la muerte. En el momento del rescate del último de los ocho sobrevivientes, el 5 de abril de 1821, siete marinos habían sido objeto de canibalismo.

 

Consecuencias

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e en la vejez

El primer oficial Owen Chase escribió un relato del desastre, «La Narración del más extraordinario y desastroso naufragio del ballenero Essex». Éste fue usado por Herman Melville como una inspiración para su novela Moby-Dick. Los recuerdos de la terrible experiencia angustiaban a Chase. Sufría de dolores de cabeza y terribles pesadillas. Al final de su vida, Chase empezó a esconder la comida en su casa. El grumete, Thomas Nickerson, escribió otra narración que tituló «La pérdida del barco «Essex» hundido por una ballena y la trágica experiencia de la tripulación sobre botes balleneros», la cual no fue publicada hasta 1984 por la Asociación de historia de Nantucket. Nickerson escribió esta narración en la vejez y estuvo perdida hasta 1960. En 1980 esta narración llegó a manos de Edouard Stackpole, experto en balleneros de Nantucket, quien se dio cuenta de su importancia.

 

Legado

Los rumores del hundimiento llegaron a oídos del joven Herman Melville. Mientras servía en el ballenero Acushnet, se entrevistó con el hijo de Owen Chase, quien servía en otro ballenero. Chase le prestó la narración de la desastrosa aventura de su padre a Melville, quien la leyó en el mar y fue inspirado por la idea que los cachalotes eran capaces de tal violencia.

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Herman Melville, de joven

La trama del libro de Melville fue inspirada en la primera parte de la historia del Essex, hasta el hundimiento. Y el título de la obra (también el nombre del cachalote) estaba basado en una publicación, en la cual se narra la historia de un cachalote albino que habitaba el Pacífico Sur, llamado Mocha Dick.

 

Mocha Dick

Mocha Dick fue un notable cachalote macho que vivió en el Océano Pacífico a principios del siglo XIX, encontrado usualmente en las aguas cercanas a la Isla Mocha, al sudoeste de Chile. A diferencia de la mayoría de los cachalotes, Mocha Dick fue albino, y pudo haber sido la inspiración para el título de la novela Moby-Dick, de Herman Melville, publicada en 1851. Al hundir al Ballenero Essex formó parte de la mitología universal, y su nombre era coreado en todos los puertos del mundo. Mocha Dick sobrevivió a muchas escaramuzas (según referencias, al menos 100) con balleneros antes de ser muerto. Era muy grande y fuerte, capaz de hacer naufragar pequeñas embarcaciones con su aleta caudal. El explorador Jeremiah N. Reynolds reunió la observaciones de primera mano de Mocha Dick y publicó su relato, «Mocha Dick: o la ballena blanca del Pacífico: Una hoja de un periódico manuscrito», en la edición del The Knickerbocker para mayo de 1839, describiendo la ballena como: «Un viejo cachalote, de prodigioso tamaño y fuerza… blanco como la lana”. De acuerdo a Reynolds, la cabeza de la ballena estaba cubierta con percebes, lo cual le daba un aspecto rugoso. La ballena también tenía un método particular de respiración. “En lugar de proyectar el chorro oblicuamente hacia adelante, y acompañarlo con un esfuerzo corto y convulsivo, acompañado por un ruido resoplante, como es usual es su especie, él expulsa el agua de su nariz en gran volumen, alto y perpendicular, en regulares y a veces distantes intervalos; su expulsión produce un continuo rugido, como el tremor agobiante de la válvula de seguridad de una máquina de vapor potente”. Mocha Dick fue encontrado y atacado inicialmente en algún momento antes del año 1810, frente a la isla Mocha. Su supervivencia a este primer encuentro, junto con su apariencia inicial, le hicieron famoso entre los balleneros de Nantucket. Muchos capitanes trataron de cazarlo después de rodear el Cabo de Hornos. Éste era a veces demasiado dócil, algunas veces nadaba al lado de los barcos, pero una vez atacado, respondía con ferocidad y astucia, y era muy temido por los arponeros. Cuando se agitaba emitía sonidos y se revolvía agresivamente en ocasiones con el cuerpo entero fuera del agua. En la narración de Reynolds, Mocha Dick fue muerto en 1838, después de venir en ayuda de una hembra angustiada, cuyas crías habían sido muertas por los balleneros. Su cuerpo tenía aproximadamente 24 metros de longitud y se obtuvieron 100 barriles de aceite, junto con algo de ámbar gris. Tenía algunos arpones incrustados en su cuerpo.

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Moby-Dick

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Según cuentan, Herman Melville quedó tan impactado con el texto de Reynolds, que lo usó de modelo para escribir su obra maestra: Moby-Dick. La transformación de «Mocha» a «Moby», sin embargo, presenta un misterio mayor, pues Melville nunca explicó el origen de esta última palabra.

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Herman Melville

 

 

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