Mesa Rústica de Madera hecha con Puerta Antigua

Dando una segunda vida a una Puerta de Madera Antigua

 

Una mañana que estaba dando un paseo por el pueblo, encontré una antigua puerta de madera tirada en un montón de escombros. Procedía de una casa que estaba en las afueras del pueblo que habían derribado, pues hacía tiempo que estaba en ruinas.

Recuerdo la casa cuando aún estaba en pie, aunque ya en estado ruinoso. Era una construcción de piedra, sustentada por gruesas vigas de madera y con techumbre de tejas. Se usó como establo para el ganado, cabras y ovejas, concretamente, ya que el suelo estaba cubierto por una gruesa capa de excrementos de esos animales. La mayor parte del techo había cedido al pudrirse las vigas maestras, y cientos de tejas -la mayoría rotas- tapizaban el suelo. Había también gran cantidad de piedras desparramadas por el suelo, desprendidas de las paredes, parcialmente derrumbadas. La casa tenía dos puertas, la de entrada (nuestra protagonista), que aún se conservaba en su posición original, y otra que daba a un cercado o corral exterior, pero que estaba en el suelo, totalmente podrida, deformada y destrozada.

De todo eso, ya sólo quedaba un gran montón de escombros, un caótico montículo de piedras, tejas y madera, en el que destacaba por su tamaño la puerta de entrada de la casa. La parte inferior de la misma -unos veinte centímetros, aproximadamente- estaba podrida y ennegrecida debido a los corrosivos excrementos del ganado que con los años se habían acumulado en el suelo, pero el resto estaba mejor, aunque se observaban algunas partes dañadas por la carcoma.

Su robusta estructura, así como la pátina y el desgaste inherentes al paso del tiempo, le daban un aspecto especial que me enamoró al instante. En mi mente ya la imaginaba como el tablero ideal para una mesa rústica.

Pregunté a un vecino que estaba e escasos metros, observándome con curiosidad, qué iban a hacer con esa puerta. Me contestó que o se la llevaría un camión a tirarla a alguna escombrera o que la cogerían los mozos para quemarla en las hogueras que son tradición hacer en las fiestas del pueblo. Le dije si me la podía llevar yo, para aprovecharla y darle otro uso; y me dijo que sí, que sin problema.

Rápidamente, fui a por el coche y con mucho esfuerzo, conseguí cargar la puerta en él. ¡Medía 1,90 metros de largo, 1 metro de ancho y pesaba 35 kilos!. Estaba muy sucia, tenía excrementos, telarañas (con inquilinos), escarabajos y otros bichos. Pero estaba emocionado y encantado de tenerla. Me transmitía autenticidad y estaba feliz por haberla salvado de un final que no se merecía y por tener la posibilidad de darle otro uso útil.

No hice fotos de la puerta en el estado en que la recuperé, ahora me arrepiento. Tenía tantas ganas de limpiarla y arreglar las partes dañadas, que no pensé en documentar el proceso con imágenes. Con maderos reciclados, que había encontrado tirados cerca de casa, en una escombrera ilegal, sustituí las partes podridas y carcomidas. Tuve que acortar la puerta unos veinte centímetros, puesto que la parte inferior no era salvable, y la reconstruí de la manera más fidedigna que pude.

 

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Ahora medía 1,70 metros de largo, 1 metro de ancho y pesaba 30 kilos. Con maderos recuperados, construí un robusto armazón en la parte inferior para poder fijar con seguridad las patas a la puerta, con la finalidad de que el conjunto fuera lo suficientemente resistente. ¡Y lo logré, quedó muy firme!. Apliqué unas capas de anti-carcoma y de protector para madera, y listo. Unos días después pudimos estrenar la mesa, comiendo en ella.

 

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Le he colocado un cristal templado transparente a medida a la mesa, que la hace más funcional sin restarle belleza, a la vez que la protege. Cuando le haga una foto a la mesa con el cristal, la adjunto.

 

Seguramente éste sea el proyecto de reciclaje que he realizado del que me siento más orgulloso.

 

En fin, espero que os guste.

2 comentarios sobre “Mesa Rústica de Madera hecha con Puerta Antigua

  1. Recuerdo haber visto una mesa hecha con un trillo.
    El trillo se pone con las piedras hacia arriba y se ponen unos tacos de madera para que hagan un hueco que deje ver este maravilloso utensilio, sobre estos tacos se pone un buen cristal.
    Aquí no hay posibilidad de enviarte una fotografía, para que veas cómo quedan, pero me he atrevido a escribirte porque la foto que has colgado es muy similar al resultado del trillo.
    Si te parece interesante te lo busco y te lo mando por email.
    Un saludo y felicidades por tus post.

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    1. Hola Victoria,
      Muchas gracias por tus comentarios.
      Y sí, yo también he visto mesas hechas con trillos en alguna casa rural en la que he estado, y quedan genial. Las piedras, por cierto, solían ser lascas de sílex, aunque si no disponían de sílex también usaban cantos rodados o guijarros de río de cuarcita que rompían con mazas para obtener lascas.
      Un saludo.

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